Torn Canvas Project: William Pérez

Julio 8 - Agosto 27, 2022
Vista general

Encarnando la transformación, en una pieza conceptual y multiple consistente en dibujos acrílicos rojos sobre lienzo, cada uno de ellos mostrando una emoción cruda, William Pérez explora la inquietud con su proceso creativo, la rebeldía contra la inercia y el deseo de un cambio radical.

Thomas Nickles Project se complace en presentar Torn Canvas Project, la primera exposición individual de William Pérez con la galería. Caracterizada por la diversidad, la curiosidad y la inventiva, la obra de Pérez encarna la transformación. Reconocer y honrar su deseo y deber de evolucionar y abrazar el cambio le ha llevado a experimentar con numerosos medios y técnicas a lo largo de su carrera, incluyendo pequeñas instalaciones en madera y metal, acuarela, stencil, “dibujo en frío” sobre lienzo, grandes instalaciones interactivas, plexiglás inciso, fibra óptica, escultura de resina y alambre y robótica.

 

Decidido a vivir donde pudiera promover su propia evolución, Pérez se instaló definitivamente en el área de Nueva York en 2017. Esta decisión marcaría, como solo la emigración puede hacerlo, la voz del artista. El dibujo en su forma más pura se convirtió en un ejercicio de reorientación, permitiendo el proceso de desprenderse del pasado y asimilarse a una nueva realidad. Caprichos de la Conciencia, una serie desarrollada entre 2018 y 2019, comenzó con obras de pequeño formato en tinta roja sobre cartulina y adquirió la forma de un mapa personal, una forma de poblar la ciudad, de proyectar -en las salas del Metropolitan Museum y del Guggenheim y en las estaciones de metro- la fantasía personal de pertenencia.

 

Al describir la experiencia, el artista declaró: "Por primera vez, estos espacios que legitiman la coexistencia de infinitas culturas, conceptos y energías empezaron a sentirse como espacios propios. Esta sensación de pertenencia provocó en mí cierta irreverencia: empecé a instalar mis propias imágenes en el contexto: figuras de bondage, corazones humanos levitando, bisontes y pavos reales". La serie culminó con lienzos de gran formato en acrílico rojo, el color una manifestación de las perturbaciones y la intensidad del momento, que, como demuestran las obras expuestas, se extendió a Torn Canvas Project.

 

La inquietud con su proceso creativo y la rebeldía contra cualquier forma de inercia empezaron a tomar fuerza en este momento, exigiendo un canal de expresión. "Hace tres años, un año antes de la pandemia, le dije a un amigo que me sentía saturado y que estaba dispuesto a quemar o romper todas mis obras terminadas. Desde hace algún tiempo, se está gestando el deseo incontrolable y arriesgado de asumir un cambio radical (...)", explica el artista. Sobre un pedestal en la parte delantera del espacio principal e instalados en múltiplos en la pared sur del fondo de la galería, se exponen fragmentos que constituyen la forma física final de este "cambio radical", todos ellos parte de Torn Canvas Project No. 1, una obra conceptual y múltiple que pasa de ser un dibujo acrílico sobre lienzo a una pieza de performance y concluye como un fragmento/artefacto escultórico, todo ello plasmado en un vídeo documental también expuesto.

 

El valor estético de la obra inicial sobre lienzo, en este caso, no es la prioridad para Pérez, se centra en el momento de la acción transformativa y la participación del espectador en el proceso evolutivo de la pieza y su ejecución. El proceso va más allá de la imagen, como él mismo explica, "la obra tiene dos vidas - nace, más tarde muere, y resucita como una obra completamente diferente con un nuevo significado... trascendiendo más allá del valor estético tradicional - una parte crítica de la pieza es de hecho el fenómeno de la acción y la implicación de los espectadores con ese momento de la acción". Corta el lienzo terminado de 100 x 300 pulgadas en 60 tiras verticales iguales con un cuchillo, las firma y numera, enrolla cuidadosamente y monta las tiras/fragmentos individuales en una caja de lucita separada, cada una de ellas es ahora una obra independiente con su propio destino y propósito. El cambio, la transformación de un estado a otro, hace de esta obra un puente entre la pintura, la escultura, la instalación y la performance, y ahí radica el verdadero objetivo del artista: desarrollar, ante nuestros atónitos ojos, que quizá preferirían que el dibujo original permaneciera intacto, la capacidad de transformación, de evolución de una idea, y con ella, el potencial de adaptación a nuevos valores dentro de nosotros mismos.

 

En el vídeo, la imaginería de Torn Canvas Project No. 1 es visible: una dramática muestra de emoción en estado puro con expresivas líneas rojas que trazan los gestos de los rostros y los afilados colmillos de tres simios. Esta ferocidad impregna toda la exposición en obras sobre lienzo totalmente intactas, cinco de escala media y una más grande, todas ellas de la serie Naturaleza Viva, que forma parte de Torn Canvas Project. Cada una es una expresión apasionada, una liberación. La expresión tranquila de Chimpancé 2, una segunda obra de gran tamaño sobre lienzo, ofrece un contrapunto. Pérez amplía los orígenes de las imágenes: "Empecé a dibujar simios más o menos al mismo tiempo que dibujaba pequeños autorretratos, basados en fotos tomadas desde mi teléfono móvil... La mirada fija y tranquila de los simios y mi pose, condicionada por la huella del momento, me hicieron ver que, a veces, la naturaleza hace una llamada de atención". Como humanos estamos condicionados a normalizar lo que ocurre a nuestro alrededor, reprimiendo nuestras emociones. Así nació la imaginería de los monos y los simios enfadados: son irreverentes, su existencia es un escaparate de emociones y acciones primitivamente incontaminadas, que se hacen ver en una llamada de atención, quizá un reconocimiento del desconcierto de estar vivo.

 

El proyecto es también una reflexión sobre la compleja realidad de Cuba y los cubanos. Las imágenes representan una reacción a los recientes acontecimientos en el país, donde la censura cultural y política siguen siendo realidades cotidianas, y Pérez explica que "el silenciamiento de todo intento de autonomía ha erradicado el derecho universal a armonizar con la naturaleza en una sociedad justa". El resultado, una isla desecada donde la emigración es masiva y constante y que al igual que Torn Canvas Project es una realidad fragmentada, cuyos trozos permanecerán dispersos. Las 60 obras finales también pueden emigrar a los lugares más recónditos del planeta. Al documentar los compradores y el destino de cada pieza y mantener a todos los participantes conectados, William también está dando forma a una red propia en la que reconocerse en la multiplicidad. En efecto, está creando una versión ampliada de su territorio, que al igual que la diáspora cubana nos parece una noción vibrante y conmovedora.

Video
Obras
Vistas de la Instalación