Good Things Come: Group Show

Noviembre 27, 2020 - Enero 10, 2021
Vista general

El arte de poseer (y dar).

Tal vez la maravilla de estar vivos radique en encontrar, colectiva e individualmente, formas imaginativas de (re)encantarnos a través del deseo. Satisfacer ese deseo (anhelo, añoranza y capricho) puede tomar muchos caminos.

 

Para algunos de nosotros, poseer ciertas cosas es una forma de felicidad. Las pertenencias que adquirimos y decidimos conservar -las reliquias familiares, el jarrón olvidado en la estantería, el cuadro en la cocina, el recibo de la cena en el fondo de una bolsa, el libro que nunca leeremos, la pegatina del portátil que pretende ser graciosa- son el mapa verificable de nuestras diversas identidades, las formas concretas que nos recuerdan de dónde venimos, cómo experimentamos el mundo y quiénes somos a través del tiempo y el cambio.

 

Si nuestras posesiones son atemporales, no sentiremos gran necesidad de mejorarlas. Si son significativas, querremos conservarlas por más tiempo. Si disfrutamos teniéndolas, las cuidaremos mejor. De ahí que, la cura para el consumismo no sea preocuparnos menos por nuestras cosas materiales, sino más bien lo contrario - eligir cuidadosamente las cosas que sean capaces de acompañarnos a través de la vida.

 

De todas nuestras pertenencias, el arte es singular dado que nuestra interacción con él es más compleja, y va más allá de la comodidad o el cumplimiento de un propósito práctico, de la manera en que lo hace un césped bien cuidado o un mueble o un artilugio. El arte aprovecha lo que está más vivo en nosotros, conectando nuestro deseo de trascendencia a lo cotidiano, y el anhelo de un significado cada vez más profundo. Good Things Come es un compromiso con el anhelo de esa vitalidad. Un impulso para acceder a lo intangible a través de las visiones creativas encarnadas en las obras de arte concretas. Una creencia en el arte como fuente de vida más allá de lo mundano, una vida que no sólo se vive, sino que se recrea, reinterpreta y comprende mejor continuamente.

 

Good Things Come también es un lugar: El 47 de la calle Orchard. Un lugar para visitar y descubrir, entre otras cosas, la arqueología de nuestro deseo y la posibilidad de compartirlo con aquellos que más amamos y apreciamos. De esta manera, el arte es un regalo para poseer y uno para dar.

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